Era ésta una oportunidad para avanzar en la búsqueda de un nuevo paradigma del Derecho, que cambie la cultura jurídica hegemónica que nos sigue formando. En mucho se avanzó, y esto es bueno. Ahora bien, siguen siendo deudas pendientes las importantes reformas que hacen a la matriz ideológica de la carrera.
La incorporación de la materia Derechos Humanos es una buena iniciativa, que se condice con los tiempos que transita el Derecho hoy. Va a tener 64 horas cátedra, y es en este punto donde vemos la dificultad: es una carga horaria muy menor para el contenido que se le puede dar (y que se le da en otras Universidades del país). Para abordar en particular el contenido de los derechos fundamentales de las personas, aspecto relegado en las cátedras de Derecho Constitucional por lo corta que resulta también esta materia, es necesario contar con un mayor tiempo de cursada. El régimen de protección internacional de los derechos humanos (con el estudio de los respectivos Instrumentos Internacionales, sus órganos y derechos consagrados) amerita por lo menos a que ser considerada como una materia cuatrimestral.
Vemos fundamental que se haya incorporado también una materia sobre mediación y arbitraje, toda vez que la provincia de Buenos Aires ha adoptado esta instancia como obligatoria al igual que en la Capital Federal y otras provincias, previa a la instancia judicial, y nuestro plan de estudios no las contemplaba.
Se modificó el sistema de correlativas que teníamos vigente, algo que desde Sur veníamos pidiendo desde hace tiempo. Así y todo, algunas otras cuestiones no fueron atendidas: la materia Derecho Constitucional sigue teniendo la misma carga horaria, siendo una de las más importantes de la carrera. Es inviable abordar el estudio de las partes orgánica y programática de la Constitución en sólo tres meses y medio.
La adaptación de los programas de cada materia a los tiempos que corren queda a discrecionalidad del docente con el nuevo plan, por lo que puede resultar novedosa la currícula de la carrera en su totalidad, pero si cada docente sigue abordando cada materia en particular desde una lógica arcaica como ocurre hoy en varias cátedras, finalmente no vamos a poder actualizarnos como se pretende.
El Derecho Privado sigue siendo el eje troncal de la carrera. El plan de estudios reformado se hace eco de la unificación del Código Civil y Comercial, y los civiles pasan a denominarse “Derecho Privado”, incorporándose contenidos del Derecho Civil y del Comercial.
Sin terminar de darle paridad con el Derecho Público, el Derecho Privado termina teniendo igual contenido en carga horaria, funcionando esto como uno de los obstáculos al cambio de perfil del abogado que se graduará en la UNLP.
Para contribuir a éste punto hubiera sido bueno que las prácticas se desarrollen obligatoriamente en los barrios más humildes del Gran La Plata. Estamos de acuerdo en que se coordinen con la Secretaría de Extensión de la facultad, pero es fundamental que todos los estudiantes puedan transitar por esta modalidad en lugar de tener que elegir entre otras opciones, que bien se podrían ordenar para transitar por todas ellas a lo largo de la carrera. Es necesario que la facultad misma motive el ejercicio de la profesión de sus estudiantes en aquellos barrios donde el Derecho todavía no ha llegado. Difícil resulta formar profesionales comprometidos con la realidad social en la que se van a desempeñar (propósito que el nuevo plan de estudios se plantea) si no se promueve el trabajo solidario y en conjunto con los sectores humildes y excluidos de nuestra Argentina.
Es propicio para nosotros remarcar que no estamos de acuerdo con que se disminuya la carga horaria de las materias Penal I y Procesal I. Estas materias pasan a tener una carga horaria de 96 Hs, lo que proyectado a como se desarrollan las cursadas hoy en día, serian 6 Hs semanales por cuatro meses, cuando en la actualidad son materias que se cursan 6 Hs semanales por casi seis meses. La formación en Derecho Penal de los estudiantes de Abogacía en la UNLP depende de unas pocas materias, las que por lo menos debieran seguir manteniendo el tiempo y la importancia que se les ha dado hasta el momento, lo cual nos resulta asimismo insuficiente.
También hubiera sido acertado que la materia Derecho Ambiental no sea de tipo optativa, toda vez que el contenido de la misma es necesario que ponga en jaque el actual modelo económico y de producción vigente en la Argentina. En este punto observemos que Minería, si bien con menos horas, sigue existiendo como obligatoria.
Resulta fundamental ahora que se empiecen a materializar las bandas horarias que la actual gestión y la conducción del Centro de Estudiantes se han negado a impulsar desde hace años. Cada llamado a concurso para cubrir los cargos de cada materia debe contemplar las bandas horarias para el dictado de las clases. Debe garantizarse al estudiante poder cursar en un turno único, y esta exigencia se la debe estipular en el mismo llamado a concurso. Aquel docente que no pueda cubrir una banda horaria, no podrá tomar el cargo.
Insistimos con que algunos puntos de la reforma son de avanzada, pero existen importantes demandas postergadas que van a impedir un cambio profundo en la formación de lxs abogadxs que nuestro país necesita. Necesitamos profesionales con un fuerte compromiso social, que conozcan el Derecho vivo, el de la gente de a pie. No puede seguir dependiendo exclusivamente de algunas agrupaciones políticas el incentivo al contacto con los sectores de nuestro pueblo más humildes y postergados, el trabajo en conjunto y la construcción colectiva del conocimiento son fundamentales para la integración de la sociedad y el reconocimiento y empoderamiento como sujeto colectivo motor de la transformación social.
Debiera haber sido misión de esta reforma cambiar la lógica del desarrollo profesional del graduado. El abogado litigante que se llena los bolsillos con su patrocinio en las causas judiciales (a ese que afuera le llaman cuervo) sigue siendo el prototipo de profesional que esta facultad forma.
No es tarea sencilla cambiar la cultura jurídica imperante. No vemos que sea imposible, y una reforma estructural de la currícula de la carrera iba a ser una ayuda más.
La responsabilidad con la que el cuerpo docente deberá abordar los contenidos de las materias (las que se mantienen y las nuevas) será fundamental para abordar este cambio tan necesario. Será tarea de las gestiones que se vienen, de los docentes y de la nueva opción de centro de estudiantes que venimos promoviendo los 6.000 estudiantes de la carrera la de generar este cambio que se devino fundamental. Como esclavos de los guardianes de la doctrina no podemos seguir funcionando. Debemos ser funcionales a una generación de nuevxs abogadxs que impulsen una seria y profunda transformación del Derecho. En eso estamos.
Martín Pallero
221 - 5464769
Consejero Estudiantil